En cierta ocasión en un evento público alguien dijo. “… un músico tan reconocido en el mundo jarocho actual como Octavio Vega Hernández no necesita presentación”. Nada más falso: lo difícil sin embargo es hacer una presentación breve de este notable músico e intérprete jarocho. Con una carrera artística de mas de 30 años con el grupo Mono Blanco, Octavio Vega se distingue no nada más como arpista –o arpero, como también dirían en los ranchos- si no también como excelente guitarrero, comúnmente toca el punteador, cantante y jaranero desde que tiene uso de razón.

 

 

Algunos datos biográficos. Nació en Boca de San Miguel, de familia de notables músicos campesinos, aunque no arpistas, de las tierras bajas de Santiago Tuxtla y región de Tlacotalpan, al sur del Papaloapan, Veracruz. Tres personas son importantes den la historia de Octavio Vega el arpista, quien a la edad de 14 años , sino es que antes, conoce en sus primeros viajes a la Ciudad de México el arpa jarocha chica del impresor Juan Pascoe. El maestro Pascoe lo encauza y apoya para que aprenda a tocar el instrumento, y el brinda sus primeras instrucciones de arpa. Después la conocida arpista Adriana Cao Romero también lo apoya y le facilita un arpa jarocha por varios años y le da sus primeras clases formales en la Ciudad de México. El joven músico y aprendiz no necesitó mas clases, al poco tiempo se convierte en autodidacta, teniendo siempre como referencia el estilo único y particular del gran arpista tlacotalpeño Andrés Alfonso Vergara (1992-2010), su maestro a distancia. Y así podríamos empezar la interesante y larga historia de Octavio Vega.

 

 

Laguna Prieta Vol. 3. En esta producción sonora Octavio Vega nos presenta una muestra de 9 sones jarochos interpretados de una manera más íntima, en versión instrumental y sin acompañamiento. Una forma interesante, poco frecuente de mostrarse el músico jarocho (su obra musical) y su instrumento. En todas las secciones instrumentales que conforman esta magnífica colección, no solamente destaca el gran talento y dominio que Octavio Vega tiene del arpa, encontramos una re-interpretación nueva y sorprendente de cada uno de los sones –dejando de lado los esquemas y fórmulas musicales “clásicas”- y en donde Octavio, el sonero, plantea y articula un lenguaje con nuevos acentos, sintaxis y formas musicales, mucho más cercano a la escencia de los sones de tarima y a la lógica del fandango tradicional, que a las formas típicas folclóricas. En todas las interpretaciones de esta colección de grabaciones  escuchamos frases y patrones musicales frescos y originales, hilvanados de manera fluida y natural. Desde luego que en todas estas grabaciones descubrimos a Octavio Vega Hernández, el músico virtuoso en cuanto al dominio que tiene del instrumento, pero también encontramos al músico creativo e imaginativo, con la capacidad de proponer con soltura y libertad: otros fraseos, otras posibilidades melódicas, rítmicas, armónicas… y la posibilidad de infinitas variaciones.

 

 

Un dato adicional. El arpa jarocha chica o antigua, es un instrumento que cayó en desuso en la década de los 50 del siglo XX, para ser sustituida por el arpa jarocha actual de 5 octavas, más grande, ampliamente conocida. Octavio Vega ha retomado esta arpa del pasado, aprovechando y explotando sus bondades y posibilidades, para mostrar su talento y sensibilidad musical junto a su sabiduría sonera. Un nuevo interés ha surgido por esta arpa entre las nuevas generaciones de arpistas; sin duda el trabajo y ejemplo de Octavio ha contribuido al resurgimiento actual del instrumento.

 

 

– Francisco García Ranz